Son los cambios que presentan los organismos en su estructura externa y que le permiten confundirse con el medio, imitar formas, colores de animales más peligrosos o contar con estructuras que permiten una mejor adaptación al medio.
Los dos principales ejemplos de las adaptaciones morfológicas son el camuflaje y el mimetismo ocasionados por los cambios del ambiente o de hábitat.
El camuflaje es el mecanismo que permite a los organismos hacerse poco visiblemente para sus depredadores o para sus presas ya que de otra forma serian detectados por estos últimos, pues cuando la forma o color del organismo es similar al medio donde vive, se confunde fácilmente con él.
Los seres vivos se adaptan al medio en que viven para asegurar la supervivencia de la especie. Esto ha permitido la proliferación de distintas formas de vida en los ambientes terrestres y acuáticos. La clave de la diversidad de los seres vivos en el planeta es la adaptación a los factores abióticos como la temperatura, la luz, la salinidad, la humedad; y a los factores bióticos, representados por la acción de los otros organismos.
¿Qué entendemos por adaptación?
Adaptación es el proceso por el cual un organismo desarrolla la capacidad para sobrevivir en determinadas condiciones ambientales. Dicha capacidad de supervivencia puede ser una característica física o un cambio de conducta que se transmite de generación en generación.
Características del ambiente acuático
El ambiente acuático presenta una serie de condiciones que facilitan la
adaptación de los seres vivos. Por ejemplo, mantiene la temperatura estable durante todo el año; contiene sales minerales disueltas que pueden aprovechar los organismos, al igual que gases como el dióxido de carbono que se utiliza para fotosíntesis y oxigeno que se emplea en la respiración.
Características del ambiente terrestre
El ambiente terrestre se caracteriza por presentar variedad de climas en las distintas regiones geográficas del planeta y esto se debe en gran parte a la influencia de factores como la temperatura, la humedad, la lluvia, los vientos, la luminosidad y el suelo. Todos estos factores se relacionan entre si y la variación en cualquiera de ellos implica cambios en los demás.
Además el ambiente terrestre se ve afectado por la capacidad de los suelos para observar y retener agua, suministrar nutrientes, etc.